Las bailarinas de las grandes compañías del mundo actúan con todo tipo de vestuarios; hoy está permitido desde lo más clásico y tradicional, como el tutú y la malla, hasta prendas vanguardistas diseñadas por reconocidos creativos de la moda. Otra tendencia dentro del ballet moderno es utilizar la ropa de ensayo, elegida por su comodidad y línea pura: calzas, faldas étereas y acampanadas, polainas y remeras cómodas.
El conocido tutú fue popularizado por María Taglioni en el ballet La Sílfide, de 1832. Otras bailarinas, como la sensual Isadora Duncan o la enigmática Mata Hari, se transformaron en íconos de belleza y encontraron en el público femenino seguidoras de su estilo. La moda estilo danza provocó que las mujeres se animaran a los escotes en V y las faldas más cortas.
Hoy ocurre algo similar al furor de principios del 1900: el estilo danza vuelve a imponerse en la moda urbana y todas las prendas que lo conforman se pueden usar en cualquier momento y situación. La clave es no abusar, no hay que disfrazarse de bailarina sino combinar las prendas actuales y poder ponerle al look diario ese toque de bailarina moderna que queda tan femenino.
Las leggings bajo la falda, la superposición de ropa, los cuellos desbocados con camisetas de tirantes debajo, las faldas acampanadas en telas con caída propia, el uso del tul debajo o sobre las polleras, las polainas o calentadores, el cache coeure de hilo de algodón.
Lo mágico de un estudio de danza se traslada al día a día, la comodidad y liviandad de las prendas de baile pueden usarse tanto para una clase de yoga o pilates, como para una salida o el trabajo. Esta moda permite mezclar estilos en diferentes situaciones y lugares.
Tal vez una falda globo corta, con calzas por debajo y zapatillas deportivas; una falda acampanada por debajo de la rodilla con una musculosa de escote redondo y pronunciado, con las ballerinas Jack Pourcell de Converse; un jean con musculosas de satén superpuestas y zapatillas rosa que se ajustan con lazos al tobillo. U otras opciones, como las que se muestran en la moda que acompaña esta nota, donde la superposición de prendas y estilos permiten componer el look danza que se impone. Aquí, la ropa deportiva, los colores pasteles, los volados y las telas de algodón, modal y gasa son fundamentales.
Dentro de las marcas deportivas, la alianza de Adidas con Stella McCartney tiene mucho que ver en esta tendencia. Si bien la ropa que diseña la hija del ex Beatle es pensada para disciplinas como el jogging, el fitness, la natación, el yoga, la escalada, el ski o el tenis, todas sus prendas tienen un nivel de diseño que bien pueden llevarse todos los días en el agite de la ciudad. La paleta de colores delicados entre gris claro, rosa viejo, amarillo pálido, celeste agua o blanco se aplican a los diseños de tenis inspirados en los años 50 o los de yoga inspirados en los 70.
Nike también prevee el lanzamiento de una colección estilo danza para principios de 2007 en América Latina. Se trata de la línea "Gym Rhythms" que ofrece comodidad para realizar una nueva rutina de ejercicios llamada "Nike rockstar workout" que recurre a técnicas de la danza. Las prendas de esta colección permiten agilidad y rendimiento en los movimientos y sabe satisfacer las necesidades del público femenino que recurre cada vez más a técnicas de la danza como entrenamiento deportivo.
Pero este look de bailarina urbana no sólo es ideal para aplicar a la vida diaria, sino que también puede ser ideal para una boda. La propia novia lucirá encantadora si le aporta a su vestido la espectacularidad y el volumen del tul o el romanticismo del mundo de la danza. Los lazos, los tirantes en los vestidos, el exceso de volados o los drapeados en tonos rosa viejo o champagne hacen que la novia baile la pieza más romántica de su vida.
lunes, 4 de enero de 2010
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